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En México, la electricidad se obtiene a través de dos modelos principales: la generación centralizada (GC) y la generación distribuida (GD). La diferencia fundamental entre ellos radica en tres factores clave:
- el lugar donde se produce la energía;
- la forma en que llega al usuario final;
- y el tipo de infraestructura que interviene para hacerlo posible.
En este artículo explicamos cómo opera cada modelo, qué tecnologías —como la energía solar fotovoltaica— pueden incorporarse en ambos esquemas y cuáles son las implicaciones regulatorias más recientes que las empresas deben considerar al evaluar integrar soluciones descentralizadas a su estrategia energética.
Por qué México impulsa modelos eléctricos descentralizados
El crecimiento acelerado del consumo eléctrico en México —impulsado tanto por el aumento progresivo en la concentración de industrias con alta demanda energética como por el aumento sostenido de la población en zonas urbanas— ha ejercido una presión creciente sobre la infraestructura eléctrica nacional.
Este escenario ha puesto de manifiesto desafíos como la saturación cada vez mayor de las redes, el incremento en los costos de transporte de energía y el aumento de las pérdidas técnicas, motivadas, en gran medida, por las distancias cada vez más largas que la energía debe recorrer para llegar al usuario final.
En este contexto ha surgido un interés creciente por diversificar los modelos de generación y adoptar esquemas que permitan producir energía más cerca de los puntos de consumo. El objetivo, desde el inicio, era claro: disminuir las pérdidas técnicas, optimizar la operación del sistema y aliviar la carga sobre las redes de transmisión y distribución.
Esta transición abrió la puerta a alternativas que complementan al modelo centralizado y favorecen la incorporación de tecnologías como la solar fotovoltaica, que se ha consolidado como una de las opciones más competitivas por su eficiencia y versatilidad, capaz de adaptarse tanto a instalaciones en sitio como a desarrollos de mayor escala.
¿Qué es la generación centralizada?
La generación centralizada es el modelo de producción energética bajo el cual históricamente se ha producido la mayor parte de la electricidad que se consume en México.
En este esquema, la energía se genera en grandes centrales —como plantas de ciclo combinado, termoeléctricas o hidroeléctricas—, para posteriormente ser transportada a través de la infraestructura del Sistema Eléctrico Nacional (SEN) hasta los usuarios finales, incluidos hogares, industrias y comercios.
A diferencia de los esquemas descentralizados, la generación centralizada se caracteriza por concentrar grandes volúmenes de producción en puntos específicos del país. Una vez generada, la electricidad se transporta por la Red Nacional de Transmisión (RNT) y las Redes Generales de Distribución (RGD), cuya operación está a cargo del Centro Nacional de Control de Energía (CENACE).
Si bien este modelo ha permitido garantizar el suministro eléctrico a gran escala durante décadas, la dependencia absoluta de la red pública también ha implicado afrontar retos como fallas en el suministro de energía cada vez más constantes, congestión operativa en corredores eléctricos y costos crecientes asociados al transporte de energía.
La energía solar dentro de la generación centralizada
La energía renovable también forma parte fundamental del modelo centralizado, especialmente en la instalación de paneles fotovoltaicos a gran escala en regiones del país con alta radiación, conocidos como parques o granjas solares, que tienen el objetivo de generar energía y venderla a la red eléctrica. Dicho de otra manera, no se consume la energía producida en el sitio donde se genera.
Estas centrales fotovoltaicas generan electricidad en grandes volúmenes, la inyectan al SEN y también participan activamente en el Mercado Eléctrico Mayorista (MEM), donde el despacho operativo está sujeto a los criterios del CENACE, que ordena la entrada de centrales con base en su costo variable y en las condiciones del sistema.
En este sentido, las grandes plantas solares se han convertido en un componente relevante de la oferta eléctrica nacional, contribuyendo a la diversificación de la matriz energética y a la reducción de emisiones asociadas a la generación de electricidad.
¿Qué es la generación distribuida?
La generación distribuida (GD) es un modelo en el que la electricidad se produce directamente en el sitio donde se consume o en sus inmediaciones. A diferencia del esquema centralizado, la GD no depende de grandes centrales alejadas de los centros de carga, sino de redes privadas que operan de forma complementaria a la red pública.
Aunque la generación distribuida puede operar con diversas fuentes de energía, las tecnologías renovables —en especial la solar fotovoltaica—, se han consolidado como las más competitivas por su eficiencia, versatilidad y capacidad para adaptarse a una gran variedad de necesidades energéticas.
Desde hace casi dos décadas, México comenzó a impulsar esquemas que permiten a los usuarios generar electricidad cerca del punto de consumo, complementar la energía de la red pública y, en ciertos casos, vender excedentes bajo las reglas aplicables en su momento.
Esta rápida adopción del modelo descentralizado ha sido impulsada principalmente por:
- la necesidad de reducir pérdidas técnicas;
- la presión creciente sobre las redes de transmisión y distribución;
- el incremento en el costo del transporte de energía; y
- la creciente adopción de tecnologías de generación renovable en sitio.
Con el tiempo, este modelo ha evolucionado, y las recientes modificaciones regulatorias han favorecido la consolidación de los dos grandes esquemas de generación distribuida como pilares fundamentales de la infraestructura eléctrica nacional: la generación exenta y el autoconsumo.
Generación distribuida y nueva regulación en México 2025
Desde 2007, incluso antes de la Reforma Energética, se estableció un marco que permitía a los usuarios generar, consumir y vender energía a la red bajo distintos mecanismos.
Este primer esquema abrió la puerta a que miles de usuarios industriales y comerciales comenzaran a adoptar tecnologías de generación renovable en sitio —especialmente sistemas fotovoltaicos— para complementar su consumo.
Con el tiempo, la expansión de estas soluciones y la necesidad de dotar al sector de mayor claridad regulatoria sentaron las bases para una actualización del marco normativo que ofreciera procesos más flexibles, reglas más definidas y mayor certeza operativa a las empresas interesadas en generar su propia energía en sitio.
Este avance se consolidó con la publicación de la Ley del Sector Eléctrico (LSE) el 18 de marzo de 2025, la cual redefinió la estructura de la generación distribuida en México a través de sus dos esquemas principales: la generación exenta y el autoconsumo, cada uno con características, alcances y requisitos distintos.
Generación exenta
La generación exenta es el esquema regulatorio que permite producir energía eléctrica en sitio sin requerir un permiso, siempre que la capacidad instalada sea inferior a 0.7 MW.
Este modelo resulta especialmente adecuado para empresas medianas y grandes con demandas energéticas moderadas que buscan reducir costos, mejorar su eficiencia operativa y avanzar en sus metas de sostenibilidad, todo ello sin enfrentarse a procesos administrativos extensos o complejos.
Autoconsumo
Cuando la capacidad instalada supera los 0.7 MW, el esquema pasa a denominarse autoconsumo, el cual requiere un permiso emitido por la Comisión Nacional de Energía (CNE). Este modelo se clasifica en dos modalidades: aislada e interconectada, cada una con funciones y características específicas.
En la modalidad aislada, la central de generación no opera físicamente conectada al SEN. No obstante, la regulación vigente establece que los centros de consumo asociados pueden conectarse a la red a través de contratos independientes, siempre que cuenten con sistemas de protección que garanticen la ausencia de inyecciones no autorizadas.
En la modalidad interconectada, la central sí establece una conexión con el SEN, pero con un propósito estrictamente complementario. Esta integración permite importar energía cuando la generación en sitio no es suficiente para cubrir la demanda del usuario y exportar excedentes de manera exclusiva a la CFE, respetando los lineamientos aplicables.
Adicionalmente, la reforma de 2025 incorporó un elemento clave para ampliar el acceso a esquemas de autoconsumo interconectado a nivel industrial: la creación de un procedimiento simplificado para proyectos de hasta 20 MW, con un plazo máximo de resolución de 60 días hábiles y requisitos técnicos y administrativos considerablemente más ágiles.
En conjunto, estas disposiciones fortalecen a la generación distribuida como un componente estratégico del sistema eléctrico mexicano, al ofrecer un marco más flexible, claro y orientado a mejorar la resiliencia, eficiencia y competitividad del suministro energético para empresas de todos los tamaños.

La energía solar dentro de la generación distribuida
Aunque la generación distribuida puede operar con distintas tecnologías de generación, la combinación de factores como la abundante radiación solar en México, la reducción constante en los costos de los sistemas fotovoltaicos y la madurez alcanzada por esta industria han consolidado a la energía solar en sitio como la alternativa más eficiente, tanto en términos económicos como ambientales.
A diferencia de otras tecnologías, los sistemas solares fotovoltaicos permiten complementar de manera flexible la energía proveniente de la red pública, reduciendo pérdidas técnicas, disminuyendo la carga sobre las redes de transmisión y distribución, y mitigando la exposición del usuario a variaciones tarifarias, al tiempo que contribuye a fortalecer su continuidad operativa.
La energía solar destaca también por su alta disponibilidad y su capacidad de adaptarse al crecimiento de la operación industrial. Las instalaciones pueden dimensionarse para acompañar la evolución de la demanda eléctrica e integrarse a sistemas más avanzados, como las microrredes industriales. Esto ofrece a las empresas la posibilidad de ajustar su estrategia energética aprovechando un recurso que México posee en abundancia.
En un entorno donde las organizaciones buscan mayor certidumbre, competitividad, eficiencia y cumplimiento regulatorio, la generación distribuida con energía solar sobresale por su versatilidad para atender distintos tipos y escalas de industria, además de su impacto directo en la reducción de costos y emisiones.
Por estas razones, se ha convertido en un componente esencial para la transición energética del país y en una herramienta estratégica para fortalecer la competitividad del sector industrial mexicano.
Generación distribuida, clave de la competitividad industrial
La evolución del sector eléctrico mexicano y las recientes actualizaciones regulatorias han consolidado a la generación distribuida como uno de los pilares más importantes para mejorar la eficiencia, la resiliencia y la competitividad energética de las empresas.
Mientras que la generación centralizada seguirá siendo esencial para garantizar la oferta nacional, las largas distancias de transporte de energía, la creciente saturación de la infraestructura eléctrica y los elevados costos por transporte, hacen evidente la necesidad de adoptar modelos complementarios que acerquen la producción eléctrica a los sitios de consumo.
En este contexto, la transición hacia esquemas de generación distribuida no solo optimiza la operación energética de las empresas, sino que contribuye a fortalecer el Sistema Eléctrico Nacional, reducir emisiones y sentar las bases de un desarrollo industrial más sustentable y competitivo.
En un país con una de las mejores condiciones de radiación solar del mundo, el aprovechamiento de esta tecnología representa una oportunidad tangible para construir estrategias energéticas más robustas y alineadas con las exigencias regulatorias y ambientales actuales.
Para las empresas que buscan claridad sobre cómo implementar soluciones de generación renovable en sitio que se ajusten a su demanda, su operación y sus objetivos de crecimiento, los expertos en energía de Enlight pueden acompañarlas en el diseño de una estrategia integral que maximice la eficiencia, fortalezca la continuidad operativa y genere ventajas competitivas sostenibles en el largo plazo.

