Cada año la Secretaría de Energía (Sener) publica el Programa de Desarrollo del Sistema Eléctrico Nacional (PRODESEN), documento rector en la planificación del sector eléctrico mexicano. Este documento incluye proyecciones de crecimiento en la demanda eléctrica, expansiones en capacidad de generación e inversiones en infraestructura de transmisión y distribución, elementos fundamentales para mantener la confiabilidad del Sistema Eléctrico Nacional (SEN).
El PRODESEN más actualizado hasta la fecha es el del periodo 2023-2037, el cual revela avances y áreas de oportunidad en el sector energético mexicano.
Cómo estamos en generación de energía limpia
Una de las áreas de oportunidad referente a energías renovables de la que más se habló en su momento fue el aumento que se reportó en generación limpia en el país.
De acuerdo con el PRODESEN, en 2022 el 31.2% de la energía generada en México fue considerada limpia. No obstante, este número creó controversia ya que el porcentaje incluye cifras ajustadas por nuevas metodologías contables aprobadas por la Comisión Reguladora de Energía (CRE). La controversia está en que dichas metodologías categorizan como “limpia” a una porción de la energía generada a través del calor residual en centrales de ciclo combinado, una práctica que diverge de los estándares internacionales. Sin estos ajustes, la proporción de energía sin emisiones generada en el país hasta 2022 sería del 28.7%, indicando que México no habría cumplido por segundo año consecutivo con la meta de generar el 30% de su electricidad a partir de fuentes limpias, meta establecida en la Ley de Transición Energética en 2015.
Asimismo, durante la COP27, México anunció la actualización de su objetivo de Contribución Nacionalmente Determinada (NDC), pasando de una reducción del 22% al 35% de las emisiones de gases de efecto invernadero para 2030. Para esto, se estima que México necesitaría añadir al menos 30 Gigawatts (GW) de nueva capacidad de energía renovable, principalmente solar y eólica, para alcanzar esta nueva NDC en el año indicado.
En este rubro, a diferencia de ediciones anteriores, el PRODESEN 2023-2037 no proporciona estimaciones sobre el porcentaje de energía limpia que se generará en 2024, lo que impide evaluar qué tan cerca o lejos estará México de alcanzar las metas establecidas tanto en la legislación nacional como en tratados internacionales.
Generación distribuida y su crecimiento récord en renovables
Paralelamente, un reciente reporte de la Comisión Reguladora de Energía (CRE) ilustra un récord histórico en generación distribuida en México. Durante 2022, se instaló una capacidad de 2,629 Megawatts (MW) representando un crecimiento del 8.5% en contratos y un 24.7% en capacidad respecto al año anterior, siendo la mayoría de esta capacidad instalaciones con paneles solares (99.3%), con una presencia significativa de energía limpia en este esquema.
Esto es importante si tomamos en cuenta que, de acuerdo con estimaciones del PRODESEN, el consumo de electricidad en México crecerá a una tasa promedio anual del 2.5% de 2023 a 2037, alcanzando alrededor de 479,987 Gigawatts-hora (GWh) en 2037, lo que representa un aumento del 43.9% respecto a los niveles de 2022, con la región peninsular exhibiendo la tasa de crecimiento más alta.
Aumento de demanda sin escalar las emisiones
Para el sector industrial en México, el panorama energético presentado por el PRODESEN y las estadísticas de generación distribuida ilustran una oportunidad crucial.
A medida que la demanda de energía continúa creciendo, particularmente en las zonas industriales de rápido crecimiento, la generación distribuida con fuentes renovables como la solar, se posiciona como una solución estratégica clave, siendo que esta modalidad además de facilitar una mayor autonomía y eficiencia energética para el sector productivo, promueve la sostenibilidad y la reducción de emisiones de gases de efecto invernadero, alineando a uno de los sectores que más energía consume en el país con los objetivos renovados de México para 2030.
Para las empresas industriales, invertir en energía sin emisiones no solo significa cumplir con regulaciones ambientales más estrictas, sino también garantizar una fuente de energía local y menos susceptible a interrupciones del suministro centralizado. Enfoque que se convierte en una inversión a largo plazo para asegurar la continuidad y competitividad del negocio en el mercado global.
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